El lento tañir de las campanas de la basílica de San Pedro anunció este lunes al mediodía la muerte del papa Francisco, ocurrida a las 7:35 (hora de Roma) en su residencia de Casa Santa Marta, tras más de dos meses de complicaciones respiratorias que lo mantuvieron hospitalizado durante 38 días.
Miles de peregrinos, fieles y turistas que se encontraban en la Plaza San Pedro escucharon el solemne repique fúnebre. El cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo del Vaticano, fue el encargado de dar a conocer la noticia a través de un videomensaje oficial:
“Queridísimos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco. Esta mañana, a las 7:35, el obispo de Roma regresó a la Casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia”.
El comunicado del Vaticano también recordó la especial devoción del pontífice por la Virgen María:
“Con filial reconocimiento, recordamos su amor por la Virgen Santa, a cuya intercesión hemos confiado cada paso de su ministerio petrino. Imploramos para él la luz eterna y la paz prometida a los justos”.
Tras el anuncio, la Santa Sede iniciará el protocolo correspondiente para organizar su funeral y sepultura. Luego, en un plazo máximo de 20 días, se convocará al cónclave para la elección del nuevo Papa.
También las campanas de otras basílicas sonaron en señal de duelo, entre ellas las de Santa María la Mayor, donde Francisco pidió ser sepultado. Allí, el repique duró trece minutos y se anunció solemnemente:
“Su Santidad Francisco ha regresado a la Casa del Padre”.
El fallecimiento se produjo apenas un día después de que el pontífice realizara su última aparición pública durante la bendición “Urbi et Orbi” por la Pascua, desde el balcón de la basílica de San Pedro.
El papa Francisco, de 88 años, había sido dado de alta el pasado 23 de marzo, tras haber superado una neumonía severa. Según fuentes vaticanas, en los últimos meses había atravesado dos crisis de salud que deterioraron notablemente su estado.
El simbolismo de las campanas
El toque a muerto, o “campanadas de luto”, es una antigua tradición que expresa respeto y duelo por un fallecido. En el caso del Vaticano, tiene un significado aún más profundo: no solo confirma oficialmente la muerte del Papa, sino que también marca el inicio del luto oficial de la Iglesia y da comienzo a los preparativos de los ritos funerarios.
Este acto simbólico busca comunicar la pérdida a toda la comunidad católica y subraya la relevancia espiritual y política del momento.
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