Con la llegada del verano y las altas temperaturas, la Provincia de Buenos Aires enfrenta desafíos crecientes en el suministro de agua potable debido a la crisis climática y a la sequía prolongada, que reducen la disponibilidad de este recurso esencial.
Cada año, la combinación de escasez hídrica y aumento del consumo durante la temporada estival genera dificultades en el acceso al servicio de agua potable. Para enfrentar esta problemática, Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA) ha implementado diversos planes de mantenimiento y obras, respaldados por una inversión superior a los $4000 millones, destinados a optimizar el sistema en varios municipios.
Sin embargo, junto con las mejoras de infraestructura, se enfatiza la importancia de cambiar los hábitos de consumo para mitigar los efectos de esta crisis hídrica.
Impactos de la sequía en el suministro de agua
La sequía, una de las consecuencias más severas del cambio climático, no solo disminuye las precipitaciones, sino que también afecta de manera directa:
- Reducción del agua disponible para consumo humano, agricultura e industria.
- Alteración de ecosistemas acuáticos y aumento de la contaminación del agua.
- Descenso de caudales fluviales y niveles de embalses, que comprometen el suministro de agua potable.
- En zonas costeras, la mayor demanda veraniega incrementa la intrusión salina en acuíferos, afectando la calidad del agua disponible.
Respuestas necesarias
La situación demanda acciones integrales que incluyan:
- Políticas de adaptación al cambio climático.
- Obras de infraestructura y mantenimiento que aseguren un suministro estable.
- Conservación de recursos para garantizar la seguridad hídrica.
El compromiso conjunto entre las instituciones y la ciudadanía será clave para enfrentar estos desafíos y asegurar el acceso sostenible al agua en el futuro.
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